Empezó a amanecer y como no había dormido decidí levantarme. Mire a
Marcos y el abrió los ojos. Nos quedamos mirándonos mutuamente, era
como la decisión de hablar o no de lo que había pasado anoche.
-Hola – Estaba cansada y casi no me tenia en pie – Me voy a dar un chapuzón
-Bien, voy contigo
Salimos de la cueva y nos tiramos desde un pequeño saliente de unos 3 metros de altura.
Nadamos asta un lugar en el que hiciéramos pie y el me abrazo, y yo a
el. Me beso, pero suavemente como nunca alguien me había besado antes,
tan suave y dulce que me moría de amor. Cuando dejo de besarme se acerco
y me susurro al oído ‘Te quiero mas de lo que te quería antes, de lo
que te he querido nunca’. Poco después de eso salimos y volvimos a casa.
Todos estaban allí, no era extraño que fuéramos a la cueva sin decir nada, por eso esta pregunta de preocupación me sorprendió.
-¿Esta Alison con vosotros?- Nos pregunto mi madre y el padre de Alison a la vez- No la hemos visto.
-Marcos, ¿que paso después de que me fuera?- Le pregunte algo preocupada
-Pues me dijo que ya nada valía la pena, que después de lo de el verano
pasado todo era una mierda y que si no podíamos estar como antes no
merecía la pena- En ese momento se dio cuenta de la situación- ¿No
creeréis que…? Yo no lo sabia, pensaba que solo estaba enfadada o
triste. Se fue tranquila, normal, un poco cabreada.
Los momentos de felicidad que habíamos pasado hacia pocos minutos se
desvanecían. ¿Podría haberse suicidado? Fue lo primero que pensamos pero
no podía ser así, no ahora. Todos fuimos a buscarla
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